domingo, 2 de septiembre de 2012

Sobre septiembre de 2012


Sobre septiembre de 2012

La crisis es resultado de algo más importante. Una crisis puede ser producto de un error, de una mala gestión, de circunstancias inesperadas, de un plan oculto, por fuerza mayor, etc. Si la lectura me permite la metáfora es como si estuviéramos ante un paciente con la mitad de su cuerpo quemado, alguien enfermo que por supuesto hay que ir curando, donde también es fundamental saber porqué se quemó y, en consecuencia, depurar responsabilidades y hacer justicia. Saber porqué y cómo se quemó puede ser incluso crucial para curarlo mejor. Sin embargo, en esta tremenda crisis que padece España, Europa y gran parte del mundo (concretamente sus clases sociales más desfavorecidas) sólo preocupa curar al enfermo de una manera ilógica. Por ejemplo, si hace falta crear empleo, en vez de fomentarlo, incentivarlo y financiarlo: se facilita el despido, creando más paro. En otras palabras y para cerrar la metáfora, es como si al hospital (Gobierno) llega un enfermo con la mitad de su cuerpo quemado y al cabo de un par de años tuviera tres cuartas partes de su cuerpo quemado. Sería ilógico y, por supuesto, la Dirección del hospital quedaría profundamente cuestionada.


Así el actual Gobierno de España es cuestionado muy seriamente, no por la #PrimaDeRiesgo, sino por algo mucho más importante, por el Pueblo que lo ha votado. Muchos piensan que la crisis es en realidad la tapadera de una #GranEstafa, el argumento disfrazado de una necesidad imperiosa para empobrecer a la mayoría de españoles, europeos (preferentemente del sur) y humanos de otros continentes. Si ello fuera cierto saber porqué sería un conocimiento tan serio que incluso podría dar #Miedo. Y lo peor de todo, donde el Gobierno colabora, mejor dicho, los últimos dos Gobiernos (PSOE y PP) han colaborado con los intereses ocultos de la “Crisis”, bien por ignorancia (cómplice involuntario), o bien por asociación consciente (cómplice voluntario). Pero al margen de este aspecto tan importante, existe otra cuestión mucho más trascendental: ¿por qué lo permite la Democracia?, o mejor argumentado, ¿por qué lo permite el Pueblo?. En síntesis la crisis, sea disfraz o no, hace que nos cuestionemos nuestra propio modelo democrático, por necesidad social y vital.

Dentro de las denominadas “Democracias Europeas”, y desde las luces de esta edad contemporánea del siglo XXI que nos alumbran, es inconcebible admitir una práctica social donde millones de españoles sufran escasez de necesidades básicas. No sería un Estado solidario en sus cimientos, la base de toda democracia que se precie. Por ejemplo, hace poco el Gobierno y su mayoría parlamentaria decretó que todos los funcionarios perderían la próxima paga extra de Navidad. Es una cantidad tremenda de dinero, pero no irá a parar a los españoles que tienen cero ingresos al mes, que son millones. Me atrevería a asegurar que el 90% de españoles no sabe a dónde irá ese dinero. Dicen que es para pagar los intereses de la deuda, o de la deuda, es decir, acabará en paraísos fiscales o en grandes fortunas extranjeras, o españolas pero en el extranjero. Tampoco en el extranjero pobre o entre pobres extranjeros, no, sencillamente ese dinero se “evaporará” y se perderá la pista. Y las excusas que nos ofrecen son llamadas “prima de riesgo”, “intereses de la deuda”, “deuda privada y deuda pública de España”, etc. No somos tontos, cuando saldar una deuda económica implica hambre o falta de medicamentos para el que la paga (en este caso el Pueblo español) es ilegal, a todas luces de justicia, para cualquier tribunal nacional o internacional que lo pese en la balanza de la razón. Por citar un simple ejemplo, ninguna sentencia puede implicar el total de la nómina de un moroso para saldar su deuda, primero el juez establece el dinero que el moroso necesita para vivir dignamente y el resto, sólo el resto, es lo que embarga para saldar la deuda.

Esta “lógica” de la prima de riesgo o de los intereses de la deuda no nos sirve, porque si aceptamos estas reglas indignas del dinero financiero para medir nuestros recursos, toda democracia que acepte este obligado orden flamélico, sencillamente es estúpida. Tanto que no puede impedir ser engañada descaradamente por los candidatos a gobierno. Tan estúpida que sólo dos ciudadanos (presidente y jefe de la oposición) pueden cambiar la Constitución de todos. Hay que conseguir una democracia española que no sea estúpida, a ser posible una democracia más inteligente, o simplemente inteligente. ¿Cómo lo hacemos?. Primero, antes de nada, trazar el círculo, con gruesa línea, de los ciudadanos y ciudadanas democráticos/as españoles. Los que queden fuera no podrán ayudar, todo lo contrario, intentarán evitar una mejora de la democracia soberana. Después dejar bien claro el Ideal base, y no confundirlo con una opción ideológica dentro de la democracia. El Ideal es la Democracia, mejorar el Ideal es mejorar la Democracia. No estamos construyendo o trabajando para un nuevo y mejor gobierno de turno democrático, no, es más fundamental y crítico lo que hacemos. Estamos construyendo una democracia mejor, que no pueda ser engañada o manipulada por la mala economía. Y en esta labor común todos los ciudadanos y ciudadanas demócratas son necesitados.

Este es nuestro poder, inmensa fuerza al que ningún ejército puede vencer, la unidad de todos los ciudadanos democráticos. Por ello será el centro de los ataques de todos los antidemocráticos, dividirnos para vencernos por separado. Los totalitarismos, tanto de derechas como de izquierdas, acechan. Este peligro o amenaza a la Democracia hay que resolverlo porque es vital para las libertades de todos nosotros. Personalmente, cuando me encontraba en la tesitura de defender a este colectivo fundamental, el de la democracia española, solía decir que en ese momento no era de izquierdas ni de derechas. Y claro, recibía duras críticas de las posiciones más radicales o profundamente partidistas. ¿Me explicaba mal, me entendían mal o me querían entender mal?. Opté por lo primero, yo me explicaba mal, así decidí investigar y elaborar mejor la síntesis de la tesis esencial de la democracia, que es ofrecer el gobierno público a los ciudadanos democráticos. ¿Cómo podía definirme a mí mismo como uno más dentro de este círculo de los ciudadanos democráticos españoles?.

Ya no digo desde esta poción democrática y pura a la que siempre aspiro, que “no soy de izquierdas ni de derechas”. Ahora digo todo lo contrario: “soy de izquierdas y soy de derechas”, porque ahora mismo estoy defendiendo una democracia donde las izquierdas y las derechas tienen cabida, deben tener cabida, y tendrán cabida. Porque es a la Democracia a quien han engañado, han manipulado y están sometiendo, por lo tanto corresponde a este círculo de la ciudadanía democrática española responder y defenderse, no a otro círculo, sino a éste. No se puede pedir una parte de la Democracia, se toma toda o se deja toda. No quiero una democracia de derechas, no quiero una democracia de izquierdas, quiero una democracia más inteligente a la actual, con todas las ideologías políticas que admitan a la democracia como modelo de Estado, dentro, formando partidos y pidiendo votos, para que gobierne la opción más votada. Mi principal ideología es la Democracia y mi segunda ideología, dentro de la democracia, para elegir gobierno de turno, es apartidista hasta hoy, y podría votar a uno u otro partido dependiendo más del programa electoral y de las circunstancias políticas que de la ideología fundadora del partido.

Admito que por mis ideas particulares a favor de la Renta Básica Universal, de una participación inteligente de la ciudadanía en las labores de gobierno, y de otras ideas similares, se me considere “de izquierdas”. Pero no estoy en contra de la propiedad privada, y una vez exista una pobreza digna, que los más talentosos o los más trabajadores, tengan más o sean más ricos, pero que ya nunca la pobreza pueda humillar indignamente a ningún ciudadano. Para mí y ahora, cualquier ciudadano democrático español puede levantar la “bandera” del #15M (“bandera” entre comillas porque no tiene) y salir a la calle y exigir una democracia digna y mejor. La indignación pública y social, razonada, profunda, mayoritaria, no es un partido político, no es una ideología, es la esencia de la Democracia, el Pueblo, representando el último estadio democrático de la política democrática antes de desaparecer. Por ello es el primer estadio para reaparecer, con una nueva política democrática, otras y mejores reglas fundamentales de la Democracia. Porque algo queda claro, esta que tenemos ahora (gravemente enferma) no nos sirve, está permitiendo que hundan en la miseria económica a millones de españoles. Necesitamos una Democracia mejor, la historia reciente puede mostrarlo y decirlo más alto, pero no más claro.

¿Cómo defender este modelo democrático (Bipartidista y sin participación entre las Generales) que no ha sabido o no ha podido defendernos?. Pues mejorando, para que sepa y pueda, no hay otra dentro del sentido común. Así entiendo yo a las manifestaciones de #15M, ciudadanos españoles exigiendo una mejor democracia que impida la miseria social como la que nos atenaza. Pero manifestando y exigiendo dicha dignidad democrática de una manera contundente, dentro de la legalidad y de la paz. Plantándose en un lugar público simbólico o muy simbólico (¿y qué mejor lugar que en las calles aledañas al Parlamento cuando hablamos de una democracia parlamentaria?) de manera indefinida y bien visible. Es una opción muy democrática este derecho a “tirar de orejas” a nuestros representantes en el Gobierno... y es muy inteligente, porque pocos gobiernos aguantarían mucho tiempo sin convocar elecciones anticipadas. Y por ser una medida seria, severa y tan inteligente debe ser distorsionada por los antidemocráticos, desprestigiada, entregada al oportunismo, a la confusión, incluso siendo criminalizada y condenada de antemano. Y ello está pasando, se está intentando o se intenta, con el #25S.

Asaltar el Parlamento es un golpe de estado, estoy de acuerdo, y nunca participaría en una acción así. Pero si sólo se quiere ocupar las calles aledañas, para protestar o acampar (como en #Sol) NO ES UN GOLPE DE ESTADO. Es un derecho que tienen todos los ciudadanos en toda vía pública, más aún es derecho de aquellos próximos a enfermar por escasez de medios, para morir por ello, para no meterse a delincuentes simplemente para sobrevivir. No estaría mal revisar las penas impuestas por delitos o faltas flamélicas (ver #Gordillo), pues van a aparecer muchos con este Gobierno que no padece ni llora por dejar abandonados en las calles a humanos enfermos (inmigrantes), o de condenar a millones de españoles a vivir con ingresos cero. A la hora de pensar en delincuentes no está mal empezar a evaluar a aquellos que propiciaron esta crisis, a los que escaparon con las manos llenas, y a los que impiden que la Justicia llegue al fondo de la cuestión. No somos perros hambrientos, somos ciudadanos españoles forzados al hambre, a un Estado flamélico en que nos encontramos más de lo que creemos, porque también demanda frutos de la Justicia. Hambre de más democracia, de más justicia y de suficiente dignidad social.

Dicho esto, como ciudadano democrático participaré en el #25s, saldré a la calle expectante, pacífico y con legalidad, manifestando y exigiendo la dimisión del Gobierno y la convocatoria de unas Elecciones Generales nuevas. Y al gobierno resultante demandaré una mejor Constitución Española, con todos los procesos constituyentes que ello conlleve. Donde por ejemplo, de una vez por todas, la ciudadanía española pueda elegir libre y maduramente, si quiere monarquía o república, ambas opciones, por supuesto, dentro de la Democracia, mi Ideal. Y aceptaré todas y cada una de las decisiones de la mayoría de la ciudadanía general española (no de los que dicen hablar en su nombre, ni siquiera de sus representantes políticos, sino de la votación directa de dichas mayorías), y aprenderé a caminar entre ellas porque es el camino de mi Ideal. Hagamos campaña por la dignidad social, o acampada ciudadana, y después que ganen los mejores, no los que mejor mienten, sino los que presenten una mejor democracia española, digna e inteligente. Gracias.

#ciudadanoNick

No hay comentarios:

Publicar un comentario