lunes, 10 de agosto de 2015

Humilde experiencia política

"No eres de Benalmádena si..." no sabes que la DEMOCRACIA REPRESENTATIVA necesita de buena gente y que, no queda otro camino, que los partidos políticos para que esa buena gente llegue a gobernar (el problema es que los corruptos pueden colarse por "el camino de los partidos" y disfrazados de “buena gente”). Otra cosa sería la DEMOCRACIA DIRECTA, donde la Ciudadanía decidiría; en este tipo de democracia, más que un puñado de buena gente, necesitaríamos muchos ciudadanos bien formados y bien informados (educación y transparencia). Pero la Ciudadanía no puede tomar todas las decisiones que se llevan a cabo en un Ayuntamiento, ni votando 8 horas frente a un ordenador podría tomar todas las decisiones municipales de un Ayuntamiento grande como el nuestro. Aún así, por supuesto, las decisiones importantes pueden o deben ser tomadas por la democracia directa. Así aparece recomendable una DEMOCRACIA “MIXTA” donde se conjugue la democracia representativa con la democracia directa. A esta democracia mixta se la conoce más como DEMOCRACIA PARTICIPATIVA, donde las cantidades en la dosis de mezcla determinará su calidad (no es lo mismo una ciudadanía municipal que decide o vota sobre 2 cuestiones importantes en cada legislatura a una que vote sobre 40 cuestiones en el mismo periodo).
Fuente imagen: modestino.blogspot.com

Además la democracia participativa no sólo sirve para tomar decisiones políticas, también para formar personalidades colectivas. Así la gente de Benalmádena, al auto conocerse mejor, podrá vivir mejor y, como se dice en psicología individual: con plenas facultades mentales (consciente y cognitiva). Todo lo dicho hasta ahora parece un buen ideal, pero mi humilde experiencia me ha demostrado que incluso en los mejores ideales, en las mejores ideas o manifestaciones públicas, en los mejores estatutos políticos, en los mejores programas políticos y, por supuesto, en las acciones ejecutivas de gobierno y legislativas, se pueden colar arribistas y oportunistas, en definitiva individuos que se aprovechan de su cargo para “robar” o robar a los bienes comunes y municipales. Y también suelen recortar derechos, mantener o hacer opacas gestiones y cuentas, y cortar vías democráticas para que no participe la ciudadanía o las asambleas generales. Me duele no haber encontrado todavía la fórmula teórica, la estructura normativa idónea, para filtrar a los indeseables que suelen disfrazarse muy bien hasta que al final son descubiertos (y cuántos se habrán ido de rositas sin haber sido descubiertos).

Por otro lado yo no creo en los buenos y en los malos, creo más bien que existen momentos buenos y momentos malos en todas las personas. Pero la mayoría de los corruptos son como consecuencia de una larga premeditación, es decir, antes de tomar posesión de los cargos públicos ya son corruptos en su conciencia, ya van con ánimo y planes para delinquir. Y para éstos debería haber un modo teórico de filtrado que los detecte, unas normas que no puedan atravesar o manipular. Pero no las hay, tenemos que esperar que yerren, o que exista una buena policía y buenas fiscalías anticorrupción, incluso de buenos periodistas y de buenos ciudadanos que puedan denunciarlo. Al final creo que, como teóricamente todavía no es posible al cien por cien que, cumpliéndose las normas de un partido o de un ayuntamiento: no se cuelen los oportunistas y corruptos, al final hay que contrarrestar los personalismos negativos con personalismos positivos.

Y esta tierra malagueña, tanto de nacimiento como por estancia, favorece a los grandes corazones, a los buenos carismas con filantropía entre sus virtudes. Hay mucha o bastante gente así aquí en Benalmádena, encontrarlas y colocarlas en los puestos con más responsabilidades públicas es una solución, o posibilidad, que desde 1978 hemos tenido y tenemos como democracia representativa. Y me duele que ésta sea la única esperanza, porque todavía no podemos acceder a una democracia participativa que tome parte en las decisiones públicas, porque todavía no tenemos ni de lejos el nivel o la calidad de transparencia que necesita todo ciudadano interesado en los bienes comunes, porque todavía hay benalmadenses sin ingresos a los que se les corta, o están en riesgo de que se les corte, la luz y el agua. No tenemos normas ni estructuras inteligentes a nivel público (algunos corruptos han acampado a sus anchas), sólo nos queda la posibilidad de encontrar a un puñado de buenos individuos y hacerlos alcalde y concejales, pero, previamente, pertenecen y suelen ser líderes de los partidos políticos. 

Así a la buena gente (necesaria para mejorar la política) no le queda otra que entrar en los partidos políticos para acceder a los cargos públicos, en definitiva a tomar el mismo camino que recorren los corruptos. Para apostar por esta buena gente o tener esperanzas en ellos tuve que dejar de poner “sospechoso” como sinónimo de partido político, ahora también pongo “esperanza”. Así, si todos los partidos políticos en Benalmádena fueran llevados por buena gente, al margen de los ideales de cada uno, esto ya sería una victoria para mí. Algo esencial para el gran propósito, que alguien/es así logre/n instaurar la DEMOCRACIA PARTICIPATIVA a nivel municipal y que sea ésta quien tome las decisiones en las cuestiones donde más corrupción pueda darse. Porque la Ciudadanía es incorruptible, no hay dinero para comprar a la mayoría ciudadana (hay dinero para financiar campañas mediáticas de manipulación de la opinión pública, pero es otro tema donde la ciudadanía es engañada, no que se deje “comprar”). La ciudadanía es incorruptible, cuantas más decisiones importantes tome a través del voto y cuanto más transparentes estén todos los datos, más baja será la probabilidad de corrupción. Y mejor viviremos como comunidad pública. :-)


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