domingo, 3 de julio de 2016

El secretario general imaginario

Ejercicio imaginativo de una mente ciudadana

Necesito imaginar. Proyectar el futuro que creo posible comenzar a construir desde esta época actual de la política democrática. Así imaginaré frases que me encantaría oír al secretario o coordinador general del partido político que voto o desearía votar. Trozos de discurso con los que me sentiría identificado. Porque soy de esos ciudadanos que no poseen ideología definida y ninguna de ellas logra identificarme plena y políticamente. Tan sólo la democracia, entendida como directa o mixta (sabiamente mezclada con la democracia representativa), logra mi promesa de fidelidad.


Soy un demócrata, la ley puede cambiar, pero no mi sentido de la justicia, donde la mayoría de los ciudadanos deciden por todos en algunos temas. Y es curiosa la actualidad, porque la mayoría de ciudadanos no quiere un gobierno corrupto o sospechoso de corrupción; ni siquiera la mayoría de los que acudieron a votar estas últimas elecciones. Pero aún así, y sólo querido por una minoría, es posible que tengamos en breve un gobierno corrupto o sospechoso de corrupción. Curioso y lamentable cómo una minoría puede imponerse a la mayoría en algo tan importante porque unos representantes de los que, supuestamente, no quieren corruptos: se abstengan o voten a favor.

En definitiva y ante esta incertidumbre colectiva necesito acudir a mis certidumbres individuales. Para ello imaginar qué diría el secretario general que necesito escuchar. No el líder, porque yo no tengo líderes, al menos en masculino, ya que a la ciudadanía o a la mayoría entre ella sí podría considerarla líder. Por tanto, en el ejercicio imaginativo de mi mente ciudadana, las palabras del secretario general imaginario serían las mismas que me gustaría escuchar a la ciudadanía o a su mayoría. Así he convocado a mi humilde libertad y a su pequeño acopio de conocimientos, para comenzar a dibujar una voz imaginaria y sus frases. Y me han salido siete bocetos:


 "El Reino de España (nuestro nombre oficial) es de todos los ciudadanos inscritos en su censo electoral, junto a sus descendientes menores de edad. La soberanía nacional y su espacio internacional pertenecen a los ciudadanos españoles. Sólo ellos pueden dividir la soberanía o la independencia de un determinado territorio a través de un referendo vinculante. Al respecto no se deben prohibir las consultas o referendos autonómicos por la cuestión independentista si la opinión pública y sus encuestas lo demandan, pues deberían ser consideradas requisitos necesarios para convocar a la ciudadanía soberana y que en última instancia tome la decisión.

"Las vías de democracia son vías de paz y la paz a veces necesita evolucionar. Una misma consulta puede dar diferentes resultados entre diferentes colectivos ciudadanos. El ejercicio democrático no siempre conduce a un mismo resultado y cada ciudadanía posee una personalidad colectiva y potencial que la hace única entre el resto. Así todas las ciudadanías municipales son únicas e irrepetibles, al igual que las ciudadanías autonómicas y la española respecto al resto de ciudadanías soberanas del mundo. Y queremos mejorar la democracia porque está viciada por la corrupción y por el despotismo que muchos representantes ejercen desde las administraciones públicas. Y que al final perjudican a la ciudadanía, aprobándose leyes o medidas en perjuicio de la misma".

"Creemos que la democracia en su versión más participativa debe ser explorada y experimentada. No ya como medida eficaz contra la potencia de la corrupción, además para que las ciudadanías (nacional, autonómicas y municipales) puedan ir formando personalidades colectivas en los conjuntos ciudadanos que somos. Porque como hemos visto en gobiernos recientes los representantes pueden comprarse y venderse, pervertirse y volverse corruptos, ocasionando daños que en ocasiones se necesitan varias generaciones para sanarlos. Es muy importante una ciudadanía bien formada y votando más allá de las esferas de los partidos o del partidismo de los representantes".

 "Mi ideología individual no es importante, somos un partido de ciudadanos que creen en la democracia, y esto es lo importante. Dentro de nuestros afiliados unos tienen ideologías definidas (que pueden combinarse con la democracia) y otros no tienen ideologías definidas, pero todos son ciudadanos democráticos. Lo importante es que creemos en la democracia y creemos saber cómo mejorarla para beneficio común. Somos un partido transversal y aunque en un determinado momento exista una mayoría de una determinada ideología, siempre predominará nuestra identificación transversal. Cualquier demócrata debe sentirse a gusto en nuestro partido.

"Salvador Allende era un presidente socialista de Chile al que los servicios secretos soviéticos espiaron, lo analizaron y lo clasificaron como 'demócrata puro', es decir, lo valoraron y se dieron cuenta que no consentiría una dictadura aunque fuera de izquierdas y liderada por él mismo. Esta tranquilidad democrática procuro que sientan los inscritos a este partido mientras yo sea su secretario o coordinador general. Y por supuesto tranquilidad democrática que sentirán todos los ciudadanos si nuestro partido logra responsabilidades en tareas de gobierno".

"Nosotros estamos en contra de las dictaduras, las condenamos, tanto a las llamadas "dictaduras de derechas" como a las "dictaduras de izquierdas". Pero comprendemos las funciones diplomáticas entre distintos países, incluidos los estados jerarquizados. Sólo respondiendo a los principios de la diplomacia, de la paz y de la buena vecindad mantendríamos contactos con dictaduras o estados jerarquizados. Y con los estados no jerarquizados o democráticos siempre intentaremos estrechar relaciones, mejorando nuestras diversidades y sus mezclas. En definitiva los españoles somos humanos, y entre ellos, humanos libres".

"Somos un partido constitucionalista, entendemos que las reformas constitucionales deben tramitarse tal y como la Constitución vigente recoge (ya que otro tipo de Constitución, que no permitiese su reforma, no sería democrática). Entendemos que las constituciones o leyes fundamentales de toda nación democrática son elementos vivos e inacabados, porque libres e inacabados son los tiempos políticos que interpretan las nuevas sociedades que van surgiendo. Creemos que estamos muy lejos de 1978 y que los nuevos tiempos requieren nuevas interpretaciones políticas. Mejorando lo que tenemos o haciendo más fuerte aquello que defiende a nuestros derechos y su justicia, nuestra democracia constitucional"
.


Y hasta aquí lo imaginado, la realidad que anida en mi mente ciudadana respecto a los representantes llamados líderes. En definitiva creo que aún con el bipartidismo debilitado la polarización política ha recobrado fuerza; y con ella el control de lo que mantiene la indignidad social y las injusticias económicas y políticas. Por ello apuesto por la transversalidad de nuestros orígenes como 15M, algo para lo que no estaba preparado el sistema enfermo y polarizado. Así se abrió un enorme hueco por el que ha ascendido Podemos, pero se ha estancado, ha frenado. Para mi humilde opinión el sistema polarizado está destinado a absorberlo si no vuelven a la transversalidad, o si no la subrayan debidamente.

Hay muchos que no entendemos de izquierdas y de derechas más allá del planteamiento histórico o desde el contexto de un emisor versado en la polarización política. Para mí es una historia que todavía cuela en la sociedad crítica, sobre todo a modo de disfraz para otras intenciones, y da vida a los viejos partidos políticos. La guerra inacabada e inacabable entre la derecha contra la izquierda o viceversa. Los españoles sabemos mucho de ello, vivimos una guerra civil que en ciertos aspectos todavía está inacabada. Y como prueba este último gobierno "democrático" de corte tardofranquista, dando medallas a vírgenes o aprobando leyes mordazas. Y llamando "los malos" a simples demócratas que quieren mejorar la democracia. No están preparados para que evolucione la democracia, y en importantes asuntos, ni para la democracia. Pero si lo nuevo se llama izquierda, comunismo, socialismo o socialdemocracia, entonces deja de ser nuevo...

Somos demócratas, puede parecer obvio, pero es la gran verdad donde se cimienta todo lo demás, incluidas las ideologías de derechas y de izquierdas que se consideran democráticas. Y esto es lo que requiere nuestra atención, nuestro círculo democrático y soberano, donde un liberal es compañero de un socialista, éste de un comunista y éste de un transversal. Creo que los indignados no queremos ganar unas elecciones, queremos ganar un país donde cada vez que se celebren unas elecciones generales sea una victoria para todos. Donde no puedan gobernar los partidos corruptos y donde todas las ideologías democráticas tengan cabida en las opciones de voto, o no y sean transversales. No creo en una España de derechas, no creo en una España de izquierdas, creo en una España de todos los demócratas españoles. 

Gracias.

 "Gracias al corazón humano,
por el cual vivimos,
gracias a sus ternuras,
a sus alegrías y a sus temores,
la flor más humilde al florecer,
puede inspirarme ideas que, a menudo,
se muestran demasiado profundas para las lágrimas
".

Del poema "Oda a la inmortalidad", de William Wordsworth.

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